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Rä mudi

Hmunts’ä k’oi

Hyongägihe

Nja'ua di mpefi​​

Rä hmunts’ä Ñahñu

Yä ‘befi

SIGNOS DE NUESTRO TIEMPO

 

José Emilio Pacheco Berny: La pluma ausente, pero presente en la literatura mexicana

 

RAYMUNDO ISIDRO ALAVEZ

Los personajes célebres dejan su huella indeleble en el caminar por el amplio, también, escabroso sendero de la vida, sus palabras, lo mismo que sus actos son la semilla depositadas en la tierra fértil que es la conciencia de sus discípulos,  con prudencia, paciencia, en forma incógnita a veces y con energía permanente da muestras de su creación en el campo de conocimiento que elige para desplegar todas sus habilidades, capacidades y virtudes.  

 

El escritor destacado suele mezclar varios atributos adquiridos y cultivados, entre estos: talento, observación, intuición e imaginación. El talento radica en el uso de palabras apropiadas y puntuales, con el fin de expresar de la mejor manera el mensaje que desea transmitir a sus leyentes; armonizada con su destreza en la observación de hechos naturales y de todo lo que acontece en la sociedad. Estos sucesos son examinados con esmerado detenimiento, las reflexionan, localiza los mínimos detalles para destacar su objetivo, sea de la índole que sea. Es intuitivo porque descubre, siente las intenciones ocultas de las personas, movimientos de plantas, animales y características de la materia inanimada. Las liga a su extraordinaria imaginación para conducir a los leyentes a los razonamientos del autor. Estos cuatro elementos son indispensables para relatar una historia, cuento, narración, poesía y novela.

 

Además, el hombre de letras se distingue entre otros, por el compromiso con la sociedad, invita al lector a estar informado de los grandes pendientes por resolver en el ámbito, científico, cultural, político y económico. A través de sus obras escritas denuncia los desaciertos que se cometen en forma cotidiana, e incitan a resguardar tradiciones, practicar los valores universales y abrir la imaginación hacia otras latitudes. Esto es lo que hace José Emilio Pacheco Berny en su vasta obra literaria publicada.

 

José Emilio Pacheco como es más conocido, es abogado de profesión y literato por vocación, es un hombre fecundo en la literatura, su cualidad en las letras las manifiesta en el ensayo, en novelas cortas, cuentos, narrativas, traducciones, elabora guion de cine y Poeta. Por cierto, sus poesías las leí hace cinco años, la agradable actividad es debido al aguijón depositado en mí y por mí, al estar presente a una tertulia de varios traductores literarios (Banff Alberta Canadá verano 2009), en ese cenáculo el griego Giorgios Ruvalois traductor de las poesías de José Emilio Pacheco al idioma griego, junto con el traductor literario y poeta mexicano Enrique Servín Herrera. Además poliglota (habla, escribe y lee en 25 idiomas en 2009), los dos, con profunda emoción comentaban algunos fragmentos de las poesías de Emilio Pacheco. Ha sido una de las veladas imperecederas para mí.

 

José Emilio Pacheco lega a la generación presente y a las venideras 27 obras impresas, complementa su producción intelectual con una gran variedad de colaboraciones y redactor en revistas abocadas a la  academia: Revista de la Universidad, entre estos, en diarios informativos México en la Cultura y de análisis.

Poseedor de amplio conocimiento en diversos temas es meritorio a que sea invitado a impartir cátedras en Universidades de Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido. Investigador del Centro de Estudios Históricos del Instituto nacional de Antropología e historia (INAH).   

 

La cultura del esfuerzo  que lo caracteriza en el desempeño de difundir las letras es retribuido con varios reconocimientos, entre estos: 19 Premios otorgado por prominentes instituciones educativas, lo mismo que literarias y culturales, tanto  nacionales como extranjeras, 2 Medallas, y cuatro Doctorados Honoris Causa.  Y  en 2006 es nombrado miembro Honorario de la Academia Mexicana de la Lengua. En fin, todo una vida fructífera. Ahora, José Emilio Pacheco ya desaparecido en forma física, ya forma parte de los hombres célebres de nuestro país y es motivo de  orgullo nacional. En su  obra El Silencio de la luna extraigo un fragmento de su   pieza poética con el título  “Cirios”  y dice: “Llama es la vida/ y cirios nuestro cuerpo que se desgastan// Pero su fin no es previsible: puede seguir el curso natural/ o acabar por un soplo o una racha de viento.”

 

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